domingo, 9 de diciembre de 2012

De Bham a Mad.

El cielo está blanco y en él brotan nubecitas negras. Otro día más en B'ham. Desde mi ventana se ve una fila de casas que empequeñecen a mi vista y se emborronan. Bocanadas de humo salen de las chimeneas inundando el aire de algodón. This is England.
País cómodo donde los haya sin cortes de electricidad, internet ilimitado, agua potable, sistema de transportes (pésimo). Ciudad del capitalismo y la globalización. Con chinos, indios, pakistaníes, españoles, alemanes, franceses, árabes en general... 
Donde las chicas salen en tirantes y minifalda sin medias a 0º centígrados de temperatura. No es que sean raros. Es que son ingleses. 
Gurba. Extrañamiento. Sobre todo en los primeros días, luego ya uno se acostumbra. No es difícil vivir aquí, pero nunca se está como en casa. 
Madrid.
Madrid.
Madrid.
Llevo acordándome de tus calles desde hace casi un año. Me pregunto cuándo las podré volver a pasear con la gente que quiero y que echo de menos. Allí nunca me sentí extraña, nunca me sentí sola. Madrid me acogió con amigos y hasta con una familia de mentira. Con sus calles. Sus preciosas luces de Navidad. Los 100 Montaditos. Los conciertos de La Oreja de Van Gogh. La FNAC. Las tiendas. El metro. Renfe. La UAM. El árabe. La nieve de enero. La Puerta del Sol. El Retiro.  

Voy a volver a verte muy pronto. 



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