No quiero ser el peón del tablero de ajedrez. Quiero ser la reina. Aunque sería mejor ser la mente que mueve la reina. El problema es que no siempre podemos mover nosotros las fichas. La mayor parte del tiempo somos fichas movidas por otros/otras. Personas, circunstancias, lugares, kilómetros... Pero bueno, ya que voy a ser una pieza del ajedrez, no quiero conformarme con poco. Aunque bien es verdad el peón se puede llegar a convertir en reina.
Sí, aunque quiera ser reina creo que más bien soy un peón. No es para menos, la verdad es que sería muy fuerte si hubiera nacido siendo otra cosa. Es necesario ser peón para ser reina. ¿Cómo íbamos a aprendernos el camino si no? Hay veces que me cansa encontrarme piedras, pedruscos y chinatos de todo tipo, pero, ¿cómo si no iba a conseguir el jaque mate? Una vez jugué al ajedrez con un amigo y me hizo jaque mate en un minuto setenta segundos. ¿Qué emoción tuvo aquello? Ninguna, lo único que hizo fue dejar mi moral por los suelos. Es mucho mejor una partida larga, llena de peones que galopan a la par que el caballo para conseguir llegar al otro extremo del tablero, a pesar de los múltiples riesgos que encuentran en el camino.
Pero también puedo mirarlo desde otra perspectiva. Puedo pensar que los peones son obstáculos, y que si fuera la reina, podría comérmelos todos sin problema, y eliminarlos, para dominar el tablero, para dominar mi mundo. Es todo demasiado complicado en realidad.
Creo que Beirut me está volviendo un poco loca, hablo de tableros y vidas, de mermeladas y sundaes de fresa... esta ciudad está un poco majnuna, w ana kamen. Mi estabilidad mental necesita la paz de mi país, I guess. Qué malo es esto de la "gurba", ahora entiendo a los poetas árabes. Seguramente cuando vuelva a casa y esté safe and sound y quizá con una buena parte menos de obstáculos, echaré de menos este desafío constante físico y mental. Lo echaré de menos. Pero claro, eso no es muy complicado, siempre estoy echando de menos, no tengo remedio.
Aaaaaaaay!
Sí, aunque quiera ser reina creo que más bien soy un peón. No es para menos, la verdad es que sería muy fuerte si hubiera nacido siendo otra cosa. Es necesario ser peón para ser reina. ¿Cómo íbamos a aprendernos el camino si no? Hay veces que me cansa encontrarme piedras, pedruscos y chinatos de todo tipo, pero, ¿cómo si no iba a conseguir el jaque mate? Una vez jugué al ajedrez con un amigo y me hizo jaque mate en un minuto setenta segundos. ¿Qué emoción tuvo aquello? Ninguna, lo único que hizo fue dejar mi moral por los suelos. Es mucho mejor una partida larga, llena de peones que galopan a la par que el caballo para conseguir llegar al otro extremo del tablero, a pesar de los múltiples riesgos que encuentran en el camino.
Pero también puedo mirarlo desde otra perspectiva. Puedo pensar que los peones son obstáculos, y que si fuera la reina, podría comérmelos todos sin problema, y eliminarlos, para dominar el tablero, para dominar mi mundo. Es todo demasiado complicado en realidad.
Creo que Beirut me está volviendo un poco loca, hablo de tableros y vidas, de mermeladas y sundaes de fresa... esta ciudad está un poco majnuna, w ana kamen. Mi estabilidad mental necesita la paz de mi país, I guess. Qué malo es esto de la "gurba", ahora entiendo a los poetas árabes. Seguramente cuando vuelva a casa y esté safe and sound y quizá con una buena parte menos de obstáculos, echaré de menos este desafío constante físico y mental. Lo echaré de menos. Pero claro, eso no es muy complicado, siempre estoy echando de menos, no tengo remedio.
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