miércoles, 4 de septiembre de 2013

Indignación máxima

No hay derecho.

No hay derecho a mitigar la guerra con armas.
A que la gente tenga que abandonar sus hogares.
A que vivan para siempre exiliados.
A que pierdan a sus hijos, madres, padres, hermanos, primos, abuelos, amigos.
No hay derecho a que decidan por nosotros.
A que mientan sobre la realidad.
A que nos cuenten historias que solo ellos se creen.
A que legitimen un ataque con pruebas inventadas.
No hay derecho a invadir otro país.
A robarle con vileza sus recursos.
A matar a sus ciudadanos.
A dejarles morir de hambre.
No hay derecho a hacernos ver lo que no es.
A culpar siempre a los mismos.
Los que no tienen culpa de nada.
Los que son víctimas de las salvajadas cometidas durante años.

No hubo derecho a que dibujaran sus líneas en el mapa como si aquello fuera un mero juego de niños, y no hay ni habrá derecho a que se sigan entrometiendo en sus vidas, para causar cada vez más y más daño.

Vaya mierda de mundo en el que vivimos.

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