lunes, 30 de julio de 2012

-Mami, ¿qué significa Stop?
-Stop significa: So Tonto Obedece y Para
-¿Por qué?
-Porque sí.
-Pero ¿por qué sí?
-Porque mis amigos lo decían.
-Ohh, So Tonto Obedece… ¿qué más mami?
-Y Para.
-Ahhh entonces, ¿nos tenemos que parar? ¿Por qué no nos paramos mami?
-Nosotros no, los coches.
Entonces en mi cabeza aparecía un coche en el que iba yo con unos tres años conduciendo y me paraba al leer el Stop. La verdad, no entendía muy bien porque me tenía que decir “tonto” una señal de tráfico, pero la verdad es que el mensaje me parecía bastante más contundente de esa manera que con el mero simbolito “Stop”.
Siempre le solía preguntar a mi madre qué significaba cuando volvíamos de pasear. Me hacía mucha gracia cómo lo decía así que le hacía que lo repitiese cada vez que regresábamos a casa. Esta señal de tráfico está en mi calle, justo antes de cruzar la carretera que la parte. Yo vivo en la segunda mitad, por debajo de la carretera, en una calle que lleva al campo. Me encanta volver por la primera mitad de la calle y mirar el campo y las montañas que desde esa posición se ven azules.
Cuando era pequeña y volvía por la noche se veían dos luces. Las mismas que se veían desde el parque y a las que mi amigo Fer y yo llamábamos “las luces misteriosas del pantano”. Ovnis, naves espaciales, fuego, linternas, faros. Quién sabe?¿! Nos encantaban y yo siempre las buscaba al volver a casa.
-¿por qué están ahí esas luces mami?
- No sé niña.
-¿Por qué no sabes? ¿Qué son esas luces mami?
-Un ovni, tiene que ser un ovni.
-¡¡¡¡Halaa!!!!
Ya no existen las luces misteriosas del pantano, no es que ya no las busque, es que ya no están. Lo mismo sí que eran ovnis. De cualquier forma, siempre sigo mirando en aquella dirección cuando estoy llegando a casa. No sé muy bien por qué, supongo que intento buscar mi infancia, cuando era feliz con tan pocas cosas.
Hoy he vuelto a encontrar otra parte de ella cuando limpiaba la piscina. Después de tanto tiempo me he acordado de aquel flotador en forma de flor, azul por debajo, transparente la parte de arriba y con el fondo interior rosa y amarillo, sobre el que posaban dos tiernas abejitas. Mmmm me acuerdo del olor. Olía a verano. Igual que la piscina de hoy. Ese olor que  me ha dibujado tantas sonrisas a primeros de julio ahora no es más que un recuerdo agradable y nostálgico (y un poco frustrado al ver que mi madre no se acuerda de mi flotador).
Ahora hay otros olores que me transmiten la misma sensación de bienestar que un día me dio la piscina.
Ahora espero al invierno para oler mi chaqueta de cuero favorita que me recuerda a los primaverales días de enero.
Con el tiempo cambian muchas cosas, demasiadas, pero nunca cambia la búsqueda de esas sensaciones que dan vida al alma, o a nuestro inner self J.

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