Un mes y diez días desde que aterricé. El sentimiento de alienígena es cada vez menor y el olor a primavera embriaga el aire.
Sí, Beirut.
A la vez que aliena te envuelve.
A la vez que buscas huir, rechazas abandonar.
This is Beirut.
Crea en ti el mismo caos que derrochan sus calles .Aprendes a renacer de las cenizas para volver a morir, y volver a renacer.
Como las calles cuyos edificios aún tiemblan por el horror de la guerra y otros nuevos nacen de las cenizas de los antiguos. Como los agujeros en las paredes, testimonios de un ayer estremecedor.
Beirut renace, está naciendo, seguirá naciendo, una y otra vez. Y así lo haremos todos los que pasemos por aquí. Aprenderemos a ser tan fuertes como Beirut, con corazón de algodón de azúcar y coraza de acero.
En Beirut no vale rendirse. Ya habrá tiempo más tarde.
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